miércoles, 1 de diciembre de 2010

La teja, imprescindible en las cubiertas

Uno de los materiales más utilizados en todo el mundo para revestir cubiertas inclinadas es la teja de arcilla. Originaria de Asia Menor, se ha convertido en un elemento imprescindible de la albañilería. Las tejas se fabrican con arcilla cocida, y apenas han cambiado en el último milenio.

Su cualidad principal es que protegen contra el calor, de ahí su origen meridional. Y otra virtud muy estimable es su duración indefinida, algo que se diría poco creíble en una pieza abarquillada y de aspecto frágil. Pero la realidad demuestra que las tejas pueden sobrevivir al edificio y montarse en otra casa nueva.

Fabricación

Las tejas cerámicas se fabrican con arcilla, mezclada con agua hasta formar una pasta que puede moldearse. Tras conseguir la forma deseada, se las deja secar al aire un tiempo, fase en la que pueden aplicarse tratamientos especiales como el esmaltado. Finalmente, las tejas se cuecen a muy altas temperaturas, adquiriendo su forma, dureza y color definitivos.

El soporte propio son los tejados inclinados. Las tejas resisten bien las inclemencias del tiempo y, como ya hemos dicho, aíslan bien del calor. También son impermeables y muy resistentes al fuego. Su duración, ya de por sí notable, aumentará si se las somete a procesos de esmaltado, que preservan el color original del material.

Tipos de tejas

Según la forma, hay tejas curvas, mixtas y planas. Las curvas son las más comunes, tienen forma acanalada y troncocónica. La teja mixta incluye una ‘aleta’ en uno de los lados, con ranuras destinadas a la correcta unión con las piezas contiguas. Las planas presentan también un sistema de encaje. El mercado ofrece tejas especiales para remates, ángulos y encuentros.

Los fabricantes ofrecen multitud de diseños para adaptarse a todo tipo de construcciones. El rojo sigue siendo el color ‘reglamentario’, y en los últimos años los catálogos se han poblado de tonos inéditos, e incluso hay nuevos materiales tan llamativos como el vidrio. Nada supera, sin embargo, la belleza de unas tejas antiguas con la pátina del tiempo.

Sistemas de fijación

Las tejas árabes van colocadas en doble sentido, es decir primero se pone una hilera con la parte acanalada hacia arriba, y luego se monta la siguiente al revés, solapando la anterior hasta la mitad. Las mixtas se unen por la parte plana, también solapando los laterales. Las tejas planas se solapan por arriba y por abajo, no por los lados.
Las tejas de las esquinas y aleros se afianzan al soporte por medio de clavos o tornillos. En el resto del tejado, se asegura un número variable, según la pendiente, los vientos de la zona o las nevadas. En cualquier caso, debe afirmarse una fila completa de cada cinco, y en situaciones extremas puede ser necesario clavarlas todas.

Consejos para buena conservación

Al tejado sólo subiremos en caso de necesidad, evitando pisar las tejas que no se hallen ancladas. Es conveniente que los canalones para evacuar el agua de lluvia se mantengan limpios y libres de residuos como hojas o tierra. Conviene eliminar las hierbas y musgos que surgen con el tiempo, ya que las raíces pueden causar roturas y provocar humedades.

Es preferible confiar el mantenimiento a los profesionales del sector. Aun en la casa más pequeña, el tejado se encuentra a una altura considerable que puede ser letal en caso de caída. Se requiere experiencia para esos trabajos, sobre todo por la inclinación, y las medidas de seguridad son de obligado cumplimiento.

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